¡Hola a todos!
Sí, he estado de puente con mi familia y al ordenador ni acercarme, pero seguro que me entendéis cuando digo que hay veces que es necesario desconectar para volver a conectar. Y eso he hecho estos últimos días.
Pero no pasa nada porque he vuelto con algo muy interesante a mi parecer, y es que he considerado que hacer una recopilación de la opinión que tengo de cada crema de supermercado que he utilizado desde que empecé a cuidarme la piel puede ayudar a quién, como yo en muchísimas ocasiones, anda leyéndose todo Internet para saber en qué invertir el dinero. Y como jamás he querido ni he necesitado gastarme más de 10 euros en una crema (hasta el momento mi piel no me ha dado problemas como para que tener que hacerlo), todas las que voy a estar comentando no superan en absoluto los 10 euros, son totalmente asequibles y hay para todos los bolsillos, además de encontrarse fácilmente en grandes superficies como Carrefour, Alcampo, o supermercados como Mercadona, Dia, Consum, o en perfumerías como Primor, Perfumerías If o Aromas.
Te interesará saber, antes de comenzar a leerte todo lo que voy a contarte, que mi piel hace años era normal con un poco de grasa, en la vida me ha salido acné a excepción del típico grano visible y cojonero que sale antes de que te venga la regla, a causa del cóctel de hormonas que tenemos entonces. Lo cierto es que ahora, con el cóctel hormonal más asentado ya, no me sale ya ni el grano en cuestión. Con los años mi piel ha ido reduciendo la producción de grasa y aunque tuve una época de irritación y sequedad en la piel bastante evidente en las que buscaba como una desesperada cremas súper untuosas y delicadas, ahora mi piel es, además de extra sensible y reactiva, es normal/mixta, con algunas zonas deshidratadas que me dan sensación de sequedad, y zonas normales que con el paso de las horas y según qué maquillajes, se vuelven un pelín brillositas, pero en líneas generales puedo decir que mi piel no me da grandes problemas.
¿Empezamos?
La primera crema que entró en mi casa para mí fue ésta de Astor, que mi madre compró en un pack de oferta en el que venían dos botes por 5 euros. Compró ese pack porque uno iba a ser para ella y otro para mí, y esa fue la primera crema facial que yo me iba a poner en la cara en toda mi vida. Sin duda empecé en el mundo cosmético metiendo la pata hasta el fondo (en este caso puedo cargarle a mi madre el saco), porque la crema no podía ser peor. Recuerdo que se la acabamos dando a mi padre para que la usara en las manos: es grasienta a más no poder, no se absorbe jamás de los jamases, huele a crema antigua, si tienes la piel grasa te hará terminar como un churro dominguero, si sudas la piel la escupe... Fatal. FATAL. Aunque el precio y el hecho de que vengan dos pueda ser tentador, huid de esto, advertidos quedáis.
Astor, muy mal.
No recuerdo si después del fiasco de Astor usara otra o quedara tan escarmentada con esa que me retirara temporalmente del escenario de potingues, pero lo que sí recuerdo es que la crema para la cara que he utilizado durante más tiempo ha sido la crema Nivea Soft, y aunque muchos crean que esta crema es únicamente de manos o corporal, en el tarro se especifica que es también para rostro. Me fue muy, muy bien durante todo el tiempo en que la utilicé: nada de granos, hidratación estupenda, no me ha provocado irritación ni reacción alérgica, se absorbe rápidamente, no es grasienta... Pero empecé a dejarla de lado al adentrarme en los veintitantos, quería una crema que fuese más específica, aunque si os digo la verdad, en mi casa jamás falta un tarro grande de Nivea Soft, porque de vez en cuando, me sigo poniendo. Como detallito os cuento que conozco a quién un dermatólogo se la recomendó como la mejor hidratante para la piel.
Si no tienes grandes problemas de piel o eres joven y sólo buscas hidratar sin más, ésta es tu mejor opción.
Mientras utilizaba la crema de Nivea que tantos años me ha acompañado, estalló el boom de la crema de Lidl, la famosísima Q10 de Cien, la cual la OCU la nombró la mejor crema incluso comparada con cremas de alta gama como las de la Praire. Y ahí que fui yo con mi ansia viva y compré no un bote, sino dos, fuese a ser que me faltara. Vaya chasco. Es grasienta,, huele a reviejo, se hacen pelotillas, no se termina de absorber, deja una sensación de telillo en la cara que no me gusta nada... Menos mal que es de las más baratas que he comprado, pero parece que no escarmiento porque este año ha salido como mejor crema según la OCU la de Aqua, también de Cien y seguro que caeré... Ya os contaré.
No la recomiendo para nada, sinceramente.
La siguiente crema que compré fue ésta de Olay, una antiedad con "hidratación instantánea" para prevenir las primeras arrugas. Para mí esta marca queda tachada de la lista de momento porque me provocó una reacción alérgica como la copa de un pino, me ardía la cara y ni apoyarme en la almohada podía. Se la di a mi madre para que la arpovechara ella (nada más de pensar en tener que tirarla habiéndome costado casi 12 eurazos, me daban los 7 males), y a ella le pasó igual: empezó a sentir quemazón y se la tuvo que retirar con agua. Al final esta crema casi sin usar prácticamente pasó a manos de mi amiga que tiene la piel de piedra y le va bien todo. Qué decepción.
Con toda la cara en carne vive me tuve que ir en busca de otra crema que me hidratara y me ayudase a calmar y reparar lo que la de Olay me había provocado, así que de entre todas las cremas que vi y que no costaran un ojo de la cara (recordemos esos 12 euros ahí, llorando, en la basura...), pues me encontré con ésta en un súper Dia (sitio en el que se vende más cara, mejor Primor), y me la llevé. Concretamente es la crema para pieles sensibles y secas de las Hydra-Adapt de Garnier. Esta crema es el paraíso metido en un bote rosa, yo no sé por qué no la he vuelto a comprar. Huele increíblemente bien, se extiende perfectamente, hidrata muy bien y es muy suave y efectiva. No salen granos, deja la piel aterciopelada y a la mañana siguiente la piel se ve sana, más bonita, pero si tienes la piel muy grasa no te la recomiendo, porque es la antítesis a un gel con efecto matificante.
Cuando se me acabó, habían lanzado las nuevas cremas de Garnier Hydrabomb, indicadas para pieles deshidratadas, con spf del 10 y antioxidantes, así que como buena blogger de belleza, me fui a la perfumería (iba a ir igual, ¿eh?), y me lleve el pack de la crema de día y la de noche, que jamás antes había utilizado una crema de noche y mi duende cabrón de los veinticinco ya me iba susurrando que para cuándo, que mira qué arruguita se te ve por ahí.
Creo que la crema de día es la mejor que he tenido jamás: hidrata de verdad, deja un aspecto (y tacto) sano de la piel, la deja suave, lisa, no provoca rojeces ni irritación o granos, no provoca grasa, no deja tacto pegajoso, se absorbe magníficamente y si la aplicas con el rostro húmedo recién salida de la ducha, ayudas a que el agua de tu cara penetre junto con la crema en tu piel, quedando todavía más hidratada. De verdad, me he enamorado de cómo deja mi piel esta maravilla. La compré en marzo de este año y me ha durado hasta ahora, usándola cada día dos veces. Repetiré sin duda y seguramente la combine con la Hydra - Adapt para pieles secas o sensibles para la noche, ahora comprenderás por qué.
Y es que con la crema de noche Hydrabomb no estoy tan, tan encantada. No es una mala crema pero deja sensación más pringosa que la de día, tanto es así que aún me queda porque no la utilizo todos los días. Me la pongo una o dos veces a la semana como una especie de tratamiento, para mí hidrata demasiado. Tiene textura gel y cuando toca la piel parece que se convierte en agua, pero no termina de secarse, es extraño. Es por este motivo que la combinación no me acaba de encajar, y es por eso también que considero que la mejor opción para la noche sería la versión rosa para pieles secas y sensibles de las Hydra-Adapt, según mis necesidades y experiencias con ellas.
La última adquisición y que estoy utilizando ahora desde hace apenitas una semana es esta crema - gel, también de las Hydra-Adapt de Garnier, pero esta vez preferí probar la naranja, que dice ser para pieles apagadas o fatigadas, porque quería dejar descansar la piel de un mismo producto antes de repetir con la Hydrabomb de día, y lo cierto es que esta crema ni fú ni fá. No es una crema mala, hidrata bien, tiene textura gel con lo cual se absorbe rápidamente (no tanto como otras) y aporta frescor, deja la piel suave pero tarda un pelín en absorberse, tiene unas partículas minúsculas de iluminador pero que en la piel te garantizo que no se ven pero que aportan un aspecto sano y luminoso a la piel (no es purpu, que no cunda el pánico), pero la realidad es que esta crema no me está dejando la piel mal pero hay algo que no me acaba de encantar... Quizá sea que si te pasas con la cantidad, te quedas un poco pegajosa, aunque eso se soluciona aplicando menos... No sé. A lo mejor he quedado tan encantada con la Hydrabomb que ahora... Seguiré utilizándola y cuando tenga una opinión mucho más formada, más curada (como el queso), os contaré si me sigue pareciendo una buena crema pero sin más, o una crema espectacular. Si fuese un chasco ya me habría dado cuenta, creo yo.
Para lo que sí me gusta es para aplicar el maquillaje después, siento que el acabado es mejor.
Ésta ha sido mi lista de cremas de toa' mi vida, las que he utilizado desde que era una mocita y empezaba a ponerme cremas porque mi madre me decía que es así, empezando joven, cuando se previenen las arrugas, o se retrasan.
Creo que me han ganado las de Garnier, concretamente la Hydrabomb de día y la Hydra-Adapt para pieles secas, y pienso probarlas combinadas y escribir una entrada dedicada a ellas únicamente.
Ahora que sabéis qué cremas me han gustado más y cuáles no me han gustado nada, no os perdáis este miércoles ¡LOS MEJORES TRUCOS PARA QUE TU CREMA FACIAL SEA 10 VECES MÁS EFECTIVA!
¿Qué cremas favoritas low-cost tenéis? Habéis tenido malas o buenas experiencias con las cremas que he mencionado? Contadme y alimentad mi alma de blogger cotilla.
Un beso guapuras.
¡Muá!